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Nuestra línea de asistencia para el cáncer funciona las 24 horas, los 7 días de la semana y proporciona información y respuestas a las personas que están lidiando con el cáncer. Podemos conectarle con especialistas capacitados con información sobre el cáncer, que responderán preguntas acerca del diagnóstico de cáncer, sabrán guiarle y escuchar con compasión.
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Estamos a su disposición para cuando lo necesite, a cualquier hora del día y de la noche y todos los días del año.
Chat disponible lunes a viernes, de 7:00 a 18:30 h CT
Nuestros especialistas altamente capacitados están disponibles por teléfono las 24 horas, los 7 días de la semana y pueden asistirle por mensajería instantánea en línea de lunes a viernes. Conectamos a pacientes, cuidadores y familiares con servicios y recursos imprescindibles en cada etapa de su experiencia con el cáncer. Pregúntenos cómo involucrarse y apoyar la lucha contra el cáncer. Algunos de los temas con los que podemos ofrecer ayuda incluyen:
Para preguntas médicas, le animamos a revisar su información con su médico.
Uno de los primeros pasos después de enterarse de que un ser querido tiene cáncer es aprender sobre el diagnóstico, porque así entenderá el proceso de la enfermedad y se hará una idea de cómo prepararse.
Algunas de las primeras preguntas que usted y la persona con cáncer pueden hacerle al médico o al equipo de atención oncológica (del cáncer) son las siguientes:
Cuando alguien tiene cáncer, nadie puede predecir el resultado. No hay manera de saberlo con seguridad, pero el equipo de atención oncológica puede darle una idea de cómo podrían salir las cosas. Las cosas se verán más claras con el tiempo, a medida que conozcan mejor al paciente de cáncer.
A veces se tarda en recibir los resultados de análisis de laboratorio, de estudios por imágenes (como rayos X, resonancias, tomografías), procedimientos o biopsias. Esto puede ser aún más difícil de llevar cuando se esperan los resultados para ver si es cáncer o si el cáncer ha regresado.
Mientras se espera, es posible sentir preocupación y diversas emociones. Es importante saber que es normal que usted y el paciente se sientan así. Algunas personas encuentran consuelo al hablar con los demás sobre lo que está pasando, mientras que otras prefieren mantenerlo en privado. Trate de respetar los deseos del paciente durante este tiempo.
Planificar el tratamiento oncológico (del cáncer) toma tiempo. Casi todas las personas quieren empezar el tratamiento cuanto antes. Les preocupa que el tiempo extra que lleva hacerse pruebas o tomar decisiones les quite tiempo que se podría dedicar a tratar el cáncer.
El tratamiento del cáncer se debe comenzar al poco tiempo del diagnóstico, pero en casi todos los tipos de cáncer, se puede esperar unas cuantas semanas antes de empezar. Así la persona con cáncer tiene tiempo de hablar sobre sus opciones de tratamiento con el equipo de atención médica, con sus familiares y amistades, y luego decidir qué le conviene más.
El paciente también podría querer una segunda opinión sobre cuál es el mejor tratamiento, lo cual podría ser una buena idea, sobre todo si puede ver a un médico que tenga más experiencia en el tratamiento del tipo de cáncer que tiene. Una segunda opinión puede darle más información y más confianza al seleccionar un plan de tratamiento. Consulte más información en la sección Buscar una segunda opinión.
El paciente también podría querer o necesitar tiempo para prepararse y poner “en pausa” sus actividades habituales mientras recibe tratamiento. Por ejemplo, tal vez tenga que coordinar asuntos del trabajo o del cuidado de los niños, y ocuparse de estas cosas con anticipación le permite al paciente concentrarse mejor en el tratamiento. Para obtener más información sobre estos temas, lea sobre la Ley de Licencia Familiar y Médica y el Apoyo a los niños cuando un familiar tiene cáncer.
Si a usted o al paciente le preocupa que el tratamiento no comience de inmediato, hable de ello con el equipo de atención oncológica y asegúrese de que el retraso no cause más problemas.
Cuando una persona tiene cáncer, pasa por diferentes etapas. Su comprensión y los cuidados que le brinda al paciente también van a cambiar con el tiempo. Habrá momentos en los que deberá informarse aún más sobre los procesos del tratamiento del cáncer, conocer los efectos secundarios de los tratamientos y saber cuándo avisar al equipo de atención oncológica sobre ellos.
Las siguientes ideas les han servido a otras personas para lidiar con la incertidumbre y la preocupación, y para sentirse más optimistas:
Si bien el papel que tiene en la salud de la persona que está cuidando es muy importante, usted no puede controlar cómo le va física ni mentalmente al paciente. Su ser querido puede tener días buenos y no tan buenos. La incertidumbre y los altibajos forman parte de sobrellevar el cáncer y nadie, ni siquiera el mejor cuidador, puede controlarlos.
Puede tomar desde algunos días hasta algunas semanas saber si es cáncer y, de ser así, qué tipo de cáncer es. La espera es un periodo difícil tanto para el paciente como para sus seres queridos, que están al tanto de la posibilidad de que tenga cáncer. Algunas personas se imaginan el peor escenario y se preguntan si perderán a su ser querido. Otras intentan continuar con sus rutinas diarias de la manera más normal posible y no pensar en eso. Casi todas las personas sienten una mezcla de preocupación y de esperanza mientras esperan los resultados de las pruebas.
Es posible que desee acompañar a su ser querido cuando le den los resultados. Así puede ayudarle a recordar preguntas, ofrecerle apoyo y comenzar a prepararse usted y preparar a los demás para lo que sigue.
Con el tiempo, el paciente y sus seres queridos comenzarán a adaptarse al diagnóstico de cáncer. Esta es una etapa de cambios y de tomar medidas, en la que todos se van acostumbrando a situaciones inesperadas y diferentes que deben enfrentar. Sin embargo, a pesar de todo lo que sucede, algunas personas pasan el día sin poder reaccionar y se retraen. Otras puede que estén tristes, nerviosas o enojadas. Las emociones pueden cambiar de un minuto a otro ya que cada persona enfrenta la situación a su manera.
Es importante obtener información precisa y confiable por escrito como preparación para cuando usted o las demás personas tengan que hacer preguntas o coordinar el cuidado del paciente:
Una vez que sepa el nombre y la etapa (el estadio) del cáncer, puede buscar el tipo de cáncer para obtener más información o llamar al 1-800-227-2345 y hablar con un especialista en información sobre el cáncer.
El tratamiento del cáncer varía mucho según el tipo y la etapa del cáncer. Los tratamientos más frecuentes para el cáncer son la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia. El tratamiento puede requerir pasar tiempo en el hospital o ir muchas veces a algún consultorio de radioterapia o quimioterapia. El paciente quizá esté en condiciones de ir a algunos tratamientos sin que le acompañen. En otros casos, alguien tal vez deba llevarle o acompañarle. Puede que el paciente necesite más de un tipo de tratamiento, y cada uno presenta sus propios retos.
Asegúrese de entender las opciones de tratamiento que el paciente y el médico eligieron, ya que usted probablemente va a ayudar a que se lleven a cabo. Si lo desea, puede leer más sobre los tratamientos y los efectos secundarios previstos.
El tratamiento puede ser largo o corto, pero incluso los tratamientos cortos, por lo general, desorganizan la vida de una persona durante varias semanas. Como cuidador, su vida y la de su familia también pueden verse afectadas. Puede que tenga que tomarse una licencia o ausentarse del trabajo. Para informarse más sobre este tema, lea la sección sobre Cuidarse mientras cuida de una persona con cáncer.
Durante el tratamiento, le servirá aprender información general sobre el cáncer, los efectos del tratamiento y cómo controlar los efectos secundarios.
Las siguientes son algunas preguntas que podría hacerle de antemano al equipo de atención oncológica:
Recuerde, es recomendable apuntar esta información y tenerla a mano, porque podría ser muy útil si usted o alguien más tiene problemas más adelante.
Los dispositivos de apoyo son herramientas que ayudan a una persona a ser más independiente y hacen el trabajo del cuidador un poco más fácil. También pueden llamarse equipos de adaptación o accesorios para una vida independiente. Estas herramientas pueden ser algo tan simple como un bastón, o tan complejo como una grúa de alta tecnología para mover al paciente. Algunos ejemplos más son andadores, sillas de ruedas, sillas para la ducha, alfombras de baño, barras de apoyo, orinales o inodoros portátiles.
Los sistemas de alerta médica supervisados, las cámaras web y los intercomunicadores son otras opciones que ayudan a algunos pacientes a sentir más seguridad y brindan tranquilidad al cuidador. Sin embargo, incluso detalles como un organizador de pastillas o un calendario grande de pared facilitan las cosas para todos.
Piense en las tareas que la persona con cáncer quiere o debe hacer y en cómo estos dispositivos pueden hacerlas más fáciles o seguras. Si tiene dudas, hable con el equipo de atención oncológica o quizá con un terapeuta ocupacional sobre las herramientas que podrían ser útiles en casa. Estos profesionales pueden darle ideas sobre cómo ayudar al paciente y dónde comprar o alquilar los dispositivos de apoyo. Algunos dispositivos los cubre el seguro médico.
Si al paciente le recetan un medicamento nuevo, asegúrese de saber el nombre, para qué sirve y por qué se lo han recetado. Hay otras cosas que debe saber:
Algunas personas eligen no recibir ningún tratamiento, lo cual puede ser muy difícil de aceptar para los familiares y amigos que no estén de acuerdo con la decisión. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas que pueden tomar decisiones por sí mismas tienen derecho a rechazar todo el tratamiento o una parte de él.
Como alguien que apoya a la persona con cáncer y se preocupa por ella, quizá usted se pregunte por qué tomaría esta decisión. Tal vez la persona tiene problemas de salud que hacen que el tratamiento sea más difícil o de más riesgo, o quizá piense que, debido a su edad y a su historial de vida, simplemente “le llegó la hora”. A veces, las creencias religiosas de la persona influyen en la decisión. Son muchas las razones por las que una persona decide no recibir tratamiento oncológico (del cáncer). No hay nada de malo en que le pregunte a su ser querido por qué decidió no recibir tratamiento. Aunque pudiera ser difícil escuchar la respuesta, la decisión de rechazar el tratamiento es del paciente y de nadie más. A veces, las razones del paciente tendrán sentido para usted y le permitirán ver las cosas desde un punto de vista diferente. Puede que su ser querido le pregunte (o no) qué piensa de la decisión que tomó. Es útil recordar apoyar la elección del paciente y ayudarle en este momento de la mejor manera posible.
Incluso después de que una persona rechaza el tratamiento, es importante asegurarse de que el paciente entienda completamente sus opciones. Podría ser buena idea sugerirle al paciente que hable con un médico sobre la decisión que tomó, y de si algún tratamiento pudiera funcionar. Algunos pacientes aceptarán hablar con un médico y otros no. Sin embargo, no se sorprenda si, después de hablar con un médico, la persona todavía se niega a recibir tratamiento. Recuerde que los pacientes tienen derecho a tomar sus propias decisiones, así como usted tiene derecho a sentirse como se siente. Trate de verlo desde el punto de vista de la persona con cáncer, y continúe ofreciendo su apoyo.
Los cuidados de apoyo pueden beneficiar a cualquier persona con cáncer, incluso a aquellas que están seguras de no querer recibir tratamiento oncológico como tal. Los cuidados de apoyo, también llamados a veces atención paliativa o cuidados paliativos, sirven para que las personas con cáncer no tengan dolor intenso, náuseas o algún otro síntoma. Este tipo de atención va dirigida a tratar los síntomas, no el cáncer, y ayuda a la persona a sentirse lo mejor posible por el mayor tiempo posible.
La persona que no quiere tratamiento para el cáncer quizá acepte recibir cuidados paliativos o terminales (hospicio). El personal de cuidados paliativos o terminales ofrece atención paliativa o de apoyo para controlar los síntomas mientras el cáncer sigue su curso. Además, el personal ayuda a la familia y al paciente a aprovechar al máximo el tiempo que les queda juntos. Tenga en cuenta que un paciente con la facultad de tomar sus propias decisiones también puede rechazar este tipo de atención, y esta decisión puede ser difícil para la familia y los seres queridos, si la persona parece estar sufriendo con dolores y otros síntomas. En ese caso, usted puede seguir ofreciéndole la opción de cuidados paliativos (terminales) y servicios de hospicio. A medida que la enfermedad del paciente empeora, es posible que llegue el momento en el que usted no pueda seguir sin ayuda.
Después del tratamiento, casi todos los pacientes pasan a la etapa de recuperación. Se pasa menos tiempo en el consultorio del médico y se ve al equipo de atención oncológica con menos frecuencia. Puede disminuir el estrés del paciente, pero el del cuidador quizá no disminuya. Los cuidados y la atención diaria del paciente se convierten en la labor del cuidador. La función del cuidador es clave durante esta etapa y puede tener muchas responsabilidades.
Hágale al médico este tipo de preguntas y apunte las respuestas para más adelante:
Después de terminar el tratamiento, asegúrese de que el paciente tenga copias de la información médica. Algunas personas recopilan esta información a medida que hacen el tratamiento en lugar de esperar hasta el final. De cualquier forma, una vez que tenga toda esta información, asegúrese de guardar copias para el paciente. Estos registros son importantes por si surgen preguntas más adelante o el paciente debe consultar a otro médico en el futuro.
Casi siempre, la persona con cáncer puede ir aumentando poco a poco el nivel de actividad en casa. La rapidez con la que lo haga dependerá de su estado físico y del tipo de tratamiento que haya recibido o todavía reciba.
Es posible que los tratamientos para salvar la vida tengan algún impacto temporal o permanente en el paciente. Los efectos pueden ser a corto plazo para algunas personas y a largo plazo para otras. El impacto a largo plazo puede limitar al paciente para volver a las actividades que hacía antes del tratamiento. Es normal que el paciente y a veces sus seres queridos se entristezcan por lo que se haya perdido a causa del tratamiento. Aceptar las pérdidas puede tomar tiempo, tanto para el paciente como para el cuidador.
Como cuidador, usted quizá siga haciendo lo mismo que hacía mientras el paciente recibía tratamiento. Sin embargo, es importante que, con el tiempo, deje que el paciente vuelva a hacer las cosas que puede y debe hacer por cuenta propia. Esta transición puede durar meses a medida que el paciente se fortalece. Compruebe cada semana qué puede empezar a hacer el paciente, ya sea por cuenta propia o con un poco de ayuda. Si hay cosas que el paciente no puede hacer, hable con el médico sobre una derivación a un fisioterapeuta o a un terapeuta ocupacional. Con la ayuda de estos profesionales, el paciente tal vez pueda aumentar al máximo sus habilidades al recuperar la fuerza muscular o al utilizar dispositivos de apoyo.
A veces el tratamiento no termina cuando uno se esperaba que finalizara. En algunos pacientes, el cáncer se trata como una enfermedad crónica, es decir, una enfermedad con la que la gente vive y a la que se enfrenta a diario, muy parecida a la diabetes o a una enfermedad cardíaca (del corazón).
Esta situación puede ser muy exigente para el cuidador. Ayudar al paciente mientras recibe tratamiento implica que usted tendrá que lidiar con efectos secundarios y citas frecuentes. La diferencia en este caso es que no se sabe realmente cuánto tiempo va a durar. Vivir con esa incertidumbre puede ser difícil.
Algunos pacientes pueden volver a trabajar durante el tratamiento a largo plazo, aunque pueden necesitar ayuda adicional justo después de las sesiones de tratamiento. Además, pueden necesitar ayuda con las responsabilidades del hogar, la familia y las facturas. En otros casos, cuando hay menos sesiones de tratamiento y mejor control de los efectos secundarios, el cuidador puede tener un horario más normal durante todo el tiempo que dure el tratamiento (a largo plazo o de mantenimiento). En algunos casos, tanto el paciente como el cuidador pueden regresar a su trabajo fuera del hogar. Aun así, casi siempre hace falta cambiar un poco el horario debido a la quimioterapia o a otros tratamientos.
Incluso si cada uno vuelve a su trabajo, todavía alguien tiene que encargarse de estar al día con el plan de tratamiento, la historia clínica y las facturas. Esto puede ser demasiado trabajo para el paciente y el cuidador. Puede que los dos necesiten ayuda con la cantidad de tareas que hay que hacer además de trabajar y lidiar con el cáncer. Además, es posible que el paciente, el cuidador y otros familiares necesiten apoyo emocional para aceptar el hecho de que los tratamientos del cáncer van a ser más largos de lo que esperaban.
Si el tratamiento ya no funciona y el cáncer sigue creciendo, puede que su ser querido decida parar el tratamiento y elija el tipo de atención que le ayude a vivir con los síntomas. En un momento como este sirve de mucho saber qué es lo más importante para su ser querido. ¿Qué hace que valga la pena para el paciente vivir su vida? Es muy útil si el paciente puede expresarlo en palabras y compartirlo con las personas cercanas.
Su ser querido tendrá que tomar decisiones sobre aquello que es más importante en su vida, y se preguntará si quiere seguir intentado tratarse el cáncer o si prefiere concentrarse en disfrutar el tiempo que le queda. Saber qué es lo más importante para el paciente ayuda al cuidador y a los familiares a entender ese tipo de decisiones. A veces, los cuidadores ayudan a los pacientes a establecer prioridades en las que enfocarse. En otros casos, será necesario que alguien del equipo de atención oncológica o algún profesional de la salud mental ayude al paciente a aclararse en aquello que es más importante y lo que puede esperar si continúa con el tratamiento. Este podría ser un momento difícil para todos, y tal vez necesiten la ayuda del equipo de atención oncológica para entender bien la situación y definir qué es lo mejor para el paciente.
Si se toma la decisión de dejar el tratamiento, es importante asegurarse de que los demás familiares y seres queridos entiendan y puedan apoyar la decisión del paciente. Este sería un buen momento para una reunión familiar, donde se puede dar respuesta a las preguntas e inquietudes. Asegúrese de invitar a otros cuidadores sustitutos, si todavía ayudan en el cuidado del paciente. Es bueno que todos los cuidadores trabajen juntos para apoyar al paciente.
También es hora de hablar con el médico sobre los cuidados paliativos (enfocados en la comodidad del paciente). Los cuidados paliativos (o la atención paliativa) ayudan a controlar los síntomas del paciente y, a menudo, le ayudan a tener más energía para poder hacer las cosas que más le interesan. Manténgase en contacto con el médico para asegurarse de que cualquier síntoma nuevo se trate rápidamente. Para obtener más información sobre qué esperar en estos momentos, le sugerimos que lea la sección sobre Cuando se acerca el final de la vida.
Si se espera que al paciente le queden solo unos cuantos meses de vida, los servicios de cuidados paliativos o terminales (hospicio) pueden ser una buena opción. El propósito de este tipo de cuidados es aliviar las molestias del paciente y permitirle disfrutar mejor del tiempo que le queda. Casi siempre, estos cuidados se administran en el hogar y requieren que el paciente tenga un cuidador principal. Para leer más sobre los cuidados paliativos (hospicio) y cómo funcionan, consulte Cuidados paliativos o terminales.
Si hay niños en la familia, es importante que entiendan lo que está pasando. Para ver algunas sugerencias sobre cómo hablar con los niños y los adolescentes, consulte Ayudar a los niños a sobrellevar la incertidumbre, la pérdida y la aflicción.
Mientras se encarga del paciente y le ayuda a aprovechar al máximo el resto de su vida, es normal sentirse triste y que le aflija la idea de perder a su ser querido. Le sugerimos que siga en contacto con las personas que le apoyan y con cualquier práctica espiritual que tenga. Un grupo de apoyo o un profesional de la salud mental también pueden ayudarle a sobrellevar ese momento. Puede informarse más en la sección Afrontar la pérdida de un ser querido.
Toda persona con cáncer, sus cuidadores, familiares y amistades pueden beneficiarse de la ayuda y del apoyo. En la ϴʪPosts Cancer Society ofrecemos (en inglés) la red de sobrevivientes del cáncer , un lugar seguro para conectarse con otras personas que comparten intereses y experiencias similares. También colaboramos con , una herramienta gratuita en línea (la mayoría en inglés) para que las personas que sobrellevan enfermedades como el cáncer sigan en contacto con sus amistades, familiares y su red de apoyo mediante la creación de su propia página personal donde comparten su experiencia y noticias sobre su salud.
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Actualización más reciente: agosto 21, 2024
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